A de
voltas que dá a terra!
Xosé
María Gómez Vilabella
¡Quen nolo ía
dicir, aquel día en Safí, voltos á vida en parte grazas aos franciscanos,
despois daquel atentado salvaxe, no que rescatei á miña dona de debaixo dunha
roda do coche, sangrando por oito ou dez feridas, que, anos despois, sería unha
magrebí, precisamente unha magrebí, a que ma coidase na súa vellez!
A de voltas que dá
a terra!
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A de voltas que dá
a terra, o mundo!, é un adaxio dos anos da miña infancia, nos que se aludía á
de voltas que dera a vida en España, ¡cambios, non, piruetas!, grazas ao
maldito Alzamento!
-.-
Outro Alzamento
foino aquel do Istiqlal, que ben puideron obter a Independencia do seu Magreb
por vía diplomática, sen atentados contra aquela España tan pródiga, que tanto
prodigou no seu Marrocos cando a súa desnutrida Protectora aínda tiña en vigor
as cartillas do racionamento.
-.-
No
36 pasaron por Castroverde, camiño de Asturias,
¡a
pé!,
¡que
os levou Franco para recuperar Covadonga!
¿Para
quen, para el, ou para eles?
Don
Hermenegildo tamén mandou construír esta mesquita, en Guitiriz, para os que
resultasen feridos en Covadonga, onde se atoparon os musulmáns, de novo, con Santiago,
que estaba de parte dos mineiros galegos, aqueles especialistas da dinamita.
A Guardia Mora do General
Gobernador General da A.O.E., ¿filial? da do Pardo.
As nosas relacións co
mundo árabe (musulmán)
É improbable que os musulmáns (árabo-bérberes) chegasen a Castroverde naquela invasión do ano 711. Só pasaron á Península, inicialmente, uns 10.000 bérberes, mandados polos árabes Tarik e Muza, e traían 3.000 cabalos. Con eses efectivos, as nosas montañas, e maila nosa climatoloxía, pasar do Douro para arriba, como non fose para facer algunha razzia (rapiñadas), resultáballes practicamente imposible. Quedáronse na parte Sur – Centro – Levante, e Atlántica, da Península, ademais das Baleares, terras ás que chamaron Sbania. Quen veu, pero máis adiante, que ese si que estivo en Lugo, camiño de Compostela, onde roubou as campás, foi aquel Al Mansur (Almanzor).
Na muralla de Lugo tirándolle ao Al
Mansur uns bolos e tamén un año...; en vista diso, dixo: “Voume para Santiago,
que aquí sóbralles compango!
O que foi certo, que aínda vive por
aquí algún vello que o recorda, foi que os soldados de Marruecos, (aos que a
xente chamaba vulgarmente “mouros”, ou “mauretanos”, pero iso non é pexorativo
nin racista, senón unha referencia á súa cor morena, por non saber distinguir
razas e/ou procedencias), daquela ao servizo de Franco, pasaron por Castroverde
en Agosto do ano 1936, uns a pé, e outros andando. Tanto beberon polo camiño,
¡auga, que non viño!, que secaron a nosa Fons Sacrata, ¡e que ben lles pintou
aquela auguiña despois de tanta camiñada! Despois dirixíronse, sen atopar
resistencia, ás Grandes de Salime, que foi o inicio da ¿Liberación? ástur
naquela incivil recén iniciada.
En calquera caso, as relacións co actual Marrocos, eses veciños do Sur, son intensas, aínda que non sempre satisfactorias. Iso ademais de que agora hai moitos marroquís traballando en España, principalmente no que foi a súa Sbania. Na globalización do mundo actual cadora é máis necesario saber idiomas, cantos máis, mellor; cultivamos os do aquén do Estreito: portugués, francés, inglés, alemán…, pero do árabe, se quitamos ao ilustre, xa falecido, señor Fórneas, de Sampaio, (Castroverde), poucos chegaron a saber algo, nin sequera aqueles quintos das quintas, ¡meus pobres, que en África tiveron sede de todo, menos de idiomas, que lles chegou con castelanizar para que se risen deles algo menos no cuartel! Isto que poño aí adiante son catro verbas, un pouquiño, coa única intención de que se teña unha noción, tanto dos musulmáns como da su lingua principal, pois tamén teñen dialectos, segundo que zonas ou países.
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Agradecemento recíproco: O meirande
dos amigos de Don Hermenegildo.
Mohamed Ben Mizzián Ben Kasen
De Mizzián dixeron os seus
biógrafos:
“En la batalla por la toma de Madrid fue herido en los combates de la
Ciudad Universitaria. Ascendido a Teniente coronel pasó a la columna gallega de
invasión de Oviedo. En 1938, ya como Coronel y al mando de la 1ª división de
Navarra tomó parte en la batalla del Ebro y en la campaña de Cataluña.
Al acabar la Guerra Civil, el general Franco le nombró comandante general de Ceuta. En 1953, es ascendido a teniente general y se le destina al mando de la Capitanía General de la VIII Región Militar gallega. En 1955 fue nombrado Capitán General de Canarias, su último destino en el Ejército Español.
Le mantuvo incluso su sueldo cuando, en 1956, pidió la baja voluntaria en el Ejército para regresar a un Marruecos que acababa de alcanzar la independencia, para organizar sus Fuerzas Armadas.
En Marruecos ocupó primero el puesto de inspector de las Fuerzas Armadas Reales y en 1957-58, junto con el futuro rey Hassan II, protagonizó la despiadada represión de la sublevación del Rif, cuyos habitantes rebeldes fueron bombardeados con napalm.
En 1964 fue nombrado ministro de Defensa y el 22 de febrero de 1966, Hassan II le envió como embajador de Marruecos a Madrid, según se dijo, en "un gesto de buena voluntad de acercamiento a España". En 1970 volvió a formar parte del gobierno como ministro de Estado y el 17 de noviembre de ese año fue ascendido a mariscal, convirtiéndose en el militar de más alta graduación del ejército marroquí.
Casado en 1925 con Fadela Amor, tuvo siete hijos, seis niñas y un varón, Mustafá que estudió en la Academia de Artillería de Segovia y que murió en un accidente. De sus seis hijas, dos de ellas terminaron casadas con militares, una con quien, en 1971, fue ejecutado por encabezar un intento de atentado contra Hassan II y la otra, casada en secreto, con un militar español, sobrino del que fuera ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo. Esta boda provocó las iras de Mizzian, musulmán convencido, ya que para llevarla a cabo la hija había de convertirse a la fe católica. Para impedirla planeó secuestrar a su hija, que se hallaba refugiada en Valladolid. Con tal fin, convenció a la pareja para que viajara a Tetuán con el fin de reconciliarse. No obstante, en el mismo aeropuerto un oficial, siguiendo instrucciones suyas, retuvo a la hija y expulsó al novio.
Este incidente provocó hondo malestar en la oficialidad española, pero Franco hizo oídos sordos a la protesta y al escrito que le dirigió el novio. En cambio sí intervino para impedir que prosperara la propuesta de retirada, formulada por el Consejo Supremo del Ejército, de la paga española que Mizzian aún percibía tras pasar a las órdenes de Mohamed V.
El 27 de marzo de 1975, aquejado de una grave enfermedad es ingresado en el Hospital General del Aire donde falleció el 1 de mayo siguiente, siendo sus restos trasladados a Marruecos”
¿Cuál era el origen de esa amistad inquebrantable entre Franco y su oficial rifeño, uno de los pocos allegados que no necesitaba pedir cita para visitarle en el palacio de El Pardo? La respuesta figura en algunos documentos desempolvados en Melilla por José Marqués, un gran aficionado a la historia: Mizzian salvó la vida de Franco.
“Nada más tener noticias del inicio del
alzamiento, la tarde del 17 de julio del 1936, Mizzian se dirigió con su tábor
hacia Melilla, donde los rebeldes estuvieron inicialmente en minoría. De camino
a la ciudad, asistió al final del primer enfrentamiento de la Guerra Civil
Española: el asalto de tropas de Regulares 2 a la base de hidros del Atalayón,
donde un pequeño número de oficiales afines al Frente Popular, encabezados por
el jefe accidental de la base, el capitán Virgilio Leret, se opusieron por las
armas al golpe de Estado. Leret se rindió tras un breve tiroteo, en el que
murieron un sargento y un soldado, y fueron fusilados él y toda su guarnición”.
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DE CARLOS FERNÁNDEZ
A CORUÑA 26/06/2003 07:00 H
“Quizás el capitán
general más llamativo de la historia de Galicia, al menos en los siglos XIX y
XX, sea Mohamed Ben Mizzián Bel Kasen, nombrado para este cargo a finales de
junio de 1953. Había nacido en Guelaya (Marruecos) en 1897 y era hijo de
Mizzián el Bueno, jefe moro del Rif, gran amigo de España, que lo envió a la
Academia Militar de Toledo, donde ingresó en 1913.Tras una brillante carrera en
Infantería, participó en la Guerra Civil con el Ejército de Franco,
interviniendo en numerosas acciones y terminando la contienda con el grado de
coronel. Tenía, además, la medalla militar individual. Su llegada a A Coruña,
con su esposa Fadela Amor y sus hijos, fue objeto de numerosos comentarios,
aparte de cambiar los hábitos y costumbres de la guarnición. El Mizzián, que
medía casi dos metros, era un personaje simpático y campechano, dando lugar a
numerosas anécdotas. Algunas eran falsas, como aquella de que había presentado
la ofrenda al Apóstol Santiago, pues ni Franco se lo ofreció (la hizo el
capitán general de Ferrol), ni él la hubiese aceptado, dada su religión
musulmana y la leyenda del Apóstol Matamoros. Durante su estancia en A Coruña
se casó una hija suya, Meriem, con Mohamed Sqali, también conocido como el rey
de las alfombras, de la famosa casa Ispaham”
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SOCIEDAD La curiosa historia del moro Mizziam y sus visitas a
Santiago
FERNANDO RAMOS
31/ENE./15
“En Galicia hubo
dos moros muy conocidos: Mudarra, un converso, a quienes los Reyes Católicos
nombraron nada menos que Cuadrillero Mayor de la Santa Hermandad, y sobre todo
Ben Mizziam, a quien Franco nos mandó como Capitán General de Galicia, cuando
esta dignidad militar era de facto la primera autoridad a todos los efectos de
la región.
Mizziam era
musulmán sunita, riguroso en el rito y en el seguimiento del Coram, lo que dio
lugar a divertidas situaciones. Por lo pronto, cada vez que, por cualquier
motivo, visitaba Santiago de Compostela, las autoridades municipales tenían que
tapar con flores todas las estatuas en las que se presenta a Santiago el Mayor
bajo la advocación de "Matamoros", fama ganada con su milagrosa
aparición en la batalla de Clavijo, lo que le deparó el patronazgo del Arma de
Caballería.
Además, la Ofrenda Nacional, el 25 de julio, la presentaba el capitán general del Departamento Marítimo en nombre de Franco, pese a que esta encomienda se reservaba siempre al del Ejército de Tierra.
Conocí a un
profesional de hostelería que sirvió como camarero en Capitanía General, y me
contó situaciones curiosas. Mizziam, como impone su religión, no consumía carne
muerta, sino "matada". Pero como en La Coruña no existía ninguna
carnicería bendecida por el Imán, él mismo, personalmente, bajaba a las cocinas
a degollar los corderos.
En una ocasión sorprendió a los soldados a su servicio preparándose un cocido y montó en cólera. Los asombrados cristianos temblaban de miedo, dado lo violento de la situación. Pero la ira del moro se aplacó, pese a que ordenó que fueran retiradas de sus cocinas todos los utensilios contaminados por el animal impuro. Los sirvientes tuvieron que llevarse los perolos (y su preciosa carga) a un bar cercano (no iban a tirar el "jalufo", que es como los muslimes llaman al cerdo), para dar cuenta posteriormente de sus manjares. Pero Mizziam tuvo un gesto propio de los militarotes, que alivió el susto inicial.
Puesto a ello, quiso colaborar en el banquete de sus subordinados, y echando mano a la cartera sacó mil pesetas (de los años cincuenta) y les espetó: "Para el vino". En Capitanía se daban espectaculares cenas moriscas, conforme al rito musulmán. Los invitados tenían la obligación de dejar un donativo para los sirvientes. O sea, que salvo tener precaución con el cerdo, los soldados que servían al moro no lo pasaban tan mal.
En una ocasión sorprendió a los soldados a su servicio preparándose un cocido y montó en cólera. Los asombrados cristianos temblaban de miedo, dado lo violento de la situación. Pero la ira del moro se aplacó, pese a que ordenó que fueran retiradas de sus cocinas todos los utensilios contaminados por el animal impuro. Los sirvientes tuvieron que llevarse los perolos (y su preciosa carga) a un bar cercano (no iban a tirar el "jalufo", que es como los muslimes llaman al cerdo), para dar cuenta posteriormente de sus manjares. Pero Mizziam tuvo un gesto propio de los militarotes, que alivió el susto inicial.
Puesto a ello, quiso colaborar en el banquete de sus subordinados, y echando mano a la cartera sacó mil pesetas (de los años cincuenta) y les espetó: "Para el vino". En Capitanía se daban espectaculares cenas moriscas, conforme al rito musulmán. Los invitados tenían la obligación de dejar un donativo para los sirvientes. O sea, que salvo tener precaución con el cerdo, los soldados que servían al moro no lo pasaban tan mal.
Una prima mía
estudió en Santiago con una de las hijas de Mizziam, y me cuenta que la moza se
zampaba bocadillos de jamón con alegría. ¡Alá es grande! Por cierto, no sé si
fue ésta, que una de las hijas del ilustre moro se casó con un oficial del
Ejército español; pero cuando Mizziam regresó a Marruecos y se puso al servicio
de Mohamed V y luego de Hassam II, y fue ministro del Ejército, dejó al marido
sin esposa, llevándosela por las buenas (se dijo que fue un secuestro) a la
desposada. Franco no dijo nada; pero Muñoz Grandes se consideró ofendido e
incluso consideró que era una afrenta al Ejército español y, en consecuencia,
casus belli. Pero la morita se quedó en Marruecos y el desolado esposo sin su
hurí. Franco pensó que eran cosas del destino.
La joven se había
casado por la Iglesia y a escondidas con un capitán jurídico militar sobrino de
Martín Artajo, ministro de Asuntos Exteriores. Mizzian invitó a la pareja a
Tetuán. Cuando llegaron mandó expulsar al marido y secuestró a su hija a la que
obligó a contraer matrimonio con un personaje de cierto relieve en la ciudad de
Tánger.
Apadrinado por
Alfonso XIII, fue un duro soldado en la Guerra Civil española
Este curioso
personaje fue apadrinado por el mismísimo Alfonso XIII, admirado por su
vocación militar y fue admitido en la Academia General, donde ingresó con 16
años. Era hijo de un cadí considerado entonces “un moro bueno”, es decir amigo
de España. Fue un duro soldado en la guerra civil al frente de las tropas
marroquíes. En no pocos pueblos andaluces se recuerda la fiereza y violencia de
aquellos moros, de infinita crueldad, permitida por sus jefes, lo que no
excluía la violación y otras barbaridades.
Cierto no obstante, que cuando se descubrían –generalmente gracias a los corresponsales de guerra extranjeros estas villanías-, los autores eran ejemplarmente fusilados delante de sus propias harkas unidades de musulmanes.
Cierto no obstante, que cuando se descubrían –generalmente gracias a los corresponsales de guerra extranjeros estas villanías-, los autores eran ejemplarmente fusilados delante de sus propias harkas unidades de musulmanes.
Curiosamente, en
Beni Ensar, cerca de Melilla, en un suburbio de Nador, existe un museo dedicado
a este personaje en la casa que le regaló Franco. A pesar de la brutalidad de
este personaje el Reino de España envió una representación militar de rango
superior a la inauguración de su museo, en cuyo acto se hizo referencia a sus
acciones en la guerra civil contra la II República. Cuando el Consejo Supremo
de Justicia Militar se dispuso a suprimir a Mizzian su pensión, en definitiva
era el jefe de un ejército extranjero, Franco hizo que se le mantuviera. Fue
jefe de su ejército y embajador de Marruecos en España y murió en un hospital
de Madrid, en mayo de 1975”.
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Comecemos cunhas
nocións de árabe, sequera sexa para empezar a entendernos.
O saúdo:
A-Salaam Alaykum = Que a paz sexa
contigo.
Respondendo:
Wa Alaykum A-Salaam = Que
contigo estea a paz.
Invocación cerimonial:
Bismillah
= No nome de Alá
Algunhas frases e palabras de uso frecuente, tal que
nunha viaxe turística:
A guerra – Jihad.
A loita interna de cada musulmán – Al Jihad
Abraham – Ibrahim.
Adeus – B´slama.
Albaida, ou al-bed – ovos.
Alhucemas – Al Hoceima.
Ammougars – Festas en honor dos santóns.
Ámote – Ana Kanhabbak, Kanmut a´alik.
Arcanxo Gabriel – Yibril.
Argáns, árbores espiñosas e enmarañadas. Precísanse as noces de 30 argáns
para extraer 1 litro do seu aceite.
Attar – Unha especie de auga de rosas.
Axudar aos pobres – Zakat.
Ayuno – Ramadán.
Ben – Bikhir.
Benvido – Ahlan wa sahlan.
Bérber, Beréberes. Imaziguen = Orixinarios, na súa maioría, das orelas do
Mar Rojo.
Bos días – Sabah el kheer, Sabah el nour.
Boas tardes – Masaa el kheer.
Boas noites – Layla Sa´eeda.
Café con leite – qahwa bi lahlih. (E logo: Kebir, ou Seguer).
Calle, rúa, rue = zankat.
Como estás? – Kidayr?
Como se di? – Kifach katgal?
Como te chamas? – Shu ismuk? Asmitk?
Chámome – Ana ismi.
Chivani – Vello decrépito pero respectable.
Cristiáns e xudeus – Dhímis.
Cuzcuz, ou cous-cous –Sémola cocida ao vapor, con vexetais e cordeiro, polo
e pescado.
Dalle, apura, sigue, etc. – Yallah.
De nada – Afwan, Makayn muchkil.
Djajs – polos.
É obra de Allah (cando sucede algo moi bo, ou ve algo ou alguén moi lindo/a
– Masha´Allah
El –Huwa.
Ela – Hiya.
Falas árabe? – Katahdar el a´arabía?
Falo árabe, pero pouco – Kanahdar el a´arabía shwia.
Figos chumbos = Takanaita.
Grazas – Shukran.
Haidus – Bailes circulares, un tanto hipnóticos.
Harira – Spa espesa e picante feita a base de xudías.
Kebabs – Pinchos de carne.
Lot –Lot.
L´Opinion, do Istiqlal, sae en francés.
Magrib, ou Magreb = Occidente.
Mahoma, Mohammed – Muhammad.
Mechoui, ou meshui – borrego asado enteiro sobre carbón vexetal.
Mizziana – Auga doce, recollida da choiva.
Moisés – Musa.
Moitas grazas – Shukran jazeelan.
Noé –Noh.
Non – La, ou Men fdlak.
Non o sei – Ma´arafch.
O Corán – Al Qur´an.
Okey, está ben, basta –Safi.
¡Ola! – Marhaba, Ahlan.
Oración – Salat.
Os rezos do musulmán – Salat.
Paz – Salam.
Pecado – Haram.
Peregrinaxe á Meca – Al Hajj.
Por favor – Men fadlak.
Por favor, anóteo = minfadlik.
Pascua de Abraham, ou sacrificio do carneiro = Aïd al Kebir.
Que? – Shno?
Que Deus permita, Se Deus o permite – Insha´Allah.
Que desexa? Que necesita? – Ashno dghiti?
Que é isto? –Ach hadchi?
Que pasa? – Ach kayn?
Que pena, ou que vergoña (usado nunha situación pouco afortunada) –
Heshuma, Shuha.
Querida / o – Habibi, habid.
Quero, dame – Bghit, A´atini.
Quérote – Ana Kanhabbak, Kanmut a´alik.
Quizais, pode ser – Yimkin, mumkin.
Rezos do Corán – Salat.
Santuario – Zaouia.
Se Deus quere – Insha´Allah.
Sebta – Ceuta.
Shereefs, descendentes do profeta.
Si – Na´am, eh.
Síntoo, desculpa – Smahliya.
Sit – aceite de argán.
Sopa espesa, picante, a base de xudías, prato típico do Ramadán = harira.
Sukar –Azúcar duro, en pilón.
Tajine – Estofado, a fogo lento.
Tu – Nta.
Ulema, a oración, 5 veces ao día.
Vida miña, ou miña vida – Hayati.
Xaxún – Saum.
Xesús – Isa.
Na globalización do mundo actual cadora é máis necesario saber idiomas,
cantos máis, mellor; cultivamos os do aquén do Estreito: portugués, francés,
inglés, alemán…, pero, do árabe, se quitamos ao ilustre, xa falecido, señor
Fórneas, de Sampaio de Arcos, (Castroverde), poucos chegaron a saber algo, nin
sequera aqueles quintos das quintas, ¡meus pobres, que en África tiveron sede
de todo, menos de idiomas, que lles chegou con castelanizar un pouco, sequera
fose para que se risen deles algo menos, no cuartel! Isto que puxen aquí son
catro verbas, un pouquiño, coa única intención de que se teña unha noción,
tanto dos musulmáns como da su lingua principal, pois tamén teñen dialectos,
segundo que zonas ou países.
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Datas e datos
históricos do Al-Magrib.
As tribos bérberes do Sur do Atlas nunca foron dominadas polos romanos, e
polos sucesivos sultáns de Marrocos só esporádica e parcialmente.
Moulay Idriss el Akhbar (O Vello) era bisneto de Muhammad, e neto de
Fatima, filla do Profeta, que casou con seu primo Alí. Herdeiro do Califato de
Damasco, chegou a Marrocos sobre o ano 787, xa despois da vitoria omeya, que
dividiu aos musulmáns en dúas seitas, a chiíta e a sunita. Daquela Fez foi a
Bagdad de Occidente, pero os saadíes preferiron Marrakech a Fez, que volveu a
resplandecer cos alauitas.
Tanxer volveu ao control marroquí no ano 1685.
Tiznit foi fundada no ano 1882, o que é unha
evidencia do libre e insumisa que era esa zona próxima a Ifni. Os bereberes
Chleuh (cheljas) foron ocupados por primeira vez durante a “pacificación”
francesa dos anos 30.
O noso Protectorado estableceuse no 1912.
Os glaouis. Cando chegaron os franceses, en 1912, os glaouis foron capaces
de impoñer a súa forma de goberno porque controlaban virtualmente todo o Sur.
Madani, 1866/1918, co seu irmán H´Hami el Glaoui, 1879/1956, sofocaron a
rebelión nacionalista de El Hiba, e prometeron lealdade, autoproclamándose
pachás de Marrakech. Os membros desta familia convertéronse en caídes das
principais cidades do Atlas e do deserto. Os franceses consentírono, e incluso
lles deron armas, segundo testemuña Gavin Maxwell: “... para gobernar como déspotas,
perpetuando a corrupción e tamén a opresión contra a que os europeos foran
loitar”.
Xauen foi tomada polos españois no ano 1920.
Entre 1921 e 1927 as tribus rifeñas fixéronnos
retornar, retroceder, recluirnos, nos reductos melillenses. Tan aborrecida se
viu España daqueles rifeños que, no ano 1925, algúns políticos presionaron para
que España abandonase Marrocos, pero aos franceses convíñalles encomendarnos o
control rifeño, te-las costas cubertas nun terreo malévolo, levantisco, e por
engado, improductivo, así que nos axudaron a vencer a Abdelkrim, por pura
comenencia!
Abdelkrim rendeuse aos franceses no ano 1926. Foi o
primeiro nacionalista importante, só que á súa maneira. Os rifeños volveron ás
andadas en 1955/56, pero desta vez contra Francia, que ben sabían que España,
de momento, protexeríaos, e cando nos decatásemos do perigo, para daquela xa
sería tarde. En Abril do 57 o sultán impúxolles gobernadores sureños,
procedentes de Fez e de Casablanca, que foi a súa decepción; por iso, no 1958,
os Beni Urriaguel rebeláronse abertamente.
Ata 1933 os franceses non deron sometido aos
Señores do Atlas.
Os saadíes preferiron Marrakech a Fez, pero Fez volveu a resplandecer cos
alauitas.
Ifni ocupouna o entón Coronel Capaz o día 6 de Abril do ano 1934. A
reivindicación por España de Ifni (ou máis exactamente, da Pesquería de Santa
Cruz de Mar Pequeña), remóntase ao Tratado de Tetuán, de 1860, que sinalou a
conclusión da primeira derrota militar de Marrocos nos últimos 200 anos. Sidi
Ifni, capitalidade do Ifni, foi construída sobre un acantilado, como ampliación
do Amezdog inicial, con fascinantes e custosos edificios de estilo art decò, e
con complicados traballos en ferro. ¡Un soño imperialista, unha cidade militar,
colonialista; iso, Art Decò! Hoteis actuais: Hotel Suerte Loca, Hotel Bellevue
(xunto á Place Hassan II), e arriba, na explanada de Tiradores, o Hotel Beau
Rivage.
De Norte a Sur, antes da nosa fronteira, (Tabelkut), estaba a localidade de
Mirhleft.
A “porta” do Sáhara é o poboado de Goulimine.
Casablanca, Casá, ou, Dar el Baida, durante os anos 40 / 50 foi o principal
centro de levantamento contra os franceses; a súa masa obreira formou a base do
partido socialista de Ben Barka.
Mellah, barrio xudeu.
Ribat, mosteiro fortificado.
Coa chegada dos franceses, Marrakech apoiou ao pretendente El Hiba. No
resto do período colonial foi un feudo do Pachá T´hami el Glaoui, que morreu no
1956.
O Protectorado francés durou do 1912 ao 1956. Ata o
ano 1933 os franceses non foron capaces de someter aos Señores do Atlas.
Controlaron o Maroc Utile, séxase os chans productivos próximos a Rabat e a
Casá.
No 1956 Fez perdeu gran parte da súa poboación
xudea.
Ataque a Ifni: Na noite do 23/24 de Novembro do ano
1957. Pero xa tivéramos atentados terroristas con antelación
a esa data.
Terremoto de Agadir, no 1960.
Mohammed V morreu no ano 1961.
A Marcha Verde, unhas 350.000 persoas, foi no 1975,
con Hassan II, e Franco ás portas do..., do Ceo, ou do Purgatorio?
Os romanos dicían libio, por africano.
Xosé María Gómez
Vilabella
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En el 50 aniversario
de la guerra de IFNI
La contribución de
los Colegios de Huérfanos de Militares a esta guerra “tapada”.
Por
José Enrique Villarino Valdivielso
“Pínfano” o lo que es
lo mismo,
antiguo alumno
de los Colegios de
Huérfanos de Militares.
(Publicado en el
blog: Amigos do Patrimonio de Castroverde)
Me entero por el titular de este blog, D. José María Gómez Vilabella, autor del libro “IFNADA”, bancario y somatén en IFNI, que el pasado mes de Noviembre tuvieron lugar en la ciudad de Las Palmas los actos conmemorativos del Cincuentenario de la nunca oficialmente reconocida guerra de IFNI, la 51 provincia española enclavada en los llamados territorios del África Occidental, que siguió bajo tutela española hasta el año 1.969.
Homenaxeada polo
Ejército no Cincuentenario da Guerra de Ifni
Acerca de este hecho
glosan estas líneas en homenaje a cuantos, huérfanos de militares, militares
profesionales o de reemplazo y civiles, mujeres y hombres, vivieron o
contribuyeron con la entrega de su vida y su trabajo allí, a mantener el honor
del pueblo y del ejército español que dejaron en esas tierras, no sólo lo mejor
de sus hombres, sino una labor humanitaria, brillante y justa, y al menos
equivalente, a las actuales labores sociales de cualquiera ONG´s
En Octubre de 1.961, cuatro
años después del inicio de las “hostilidades” de las “bandas” de tribus no
controladas (¿) por el nuevo régimen alauita contra las posiciones españolas,
cruzaba yo con 15 años la puerta del Colegio de Santiago de Huérfanos de
Militares de Carabanchel Bajo, hoy residencia de alumnos, en Madrid. Ajeno a la
contienda, salvo por algún periódico leído aún en vida de mi padre, me impactó
la lápida del vestíbulo de mi colegio que más abajo se reproduce.
Recién llegado de Lugo siendo la vez primera que sobresalía de las galaicas y morriñosas tierras, sin tiempo a adaptarme a la para mi desconocida meseta castellana y desamparado cual pajarillo fuera del nido familiar, ya muy tocado por la anterior muerte de mi madre, aquello fue muy fuerte. Entendí que, ¡ojo!, allí de bromas ni media y que cruzaba el umbral de un espacio de respeto, honor y sacrificio.
Nada, ni nadie mejor
para describir aquellos tiempos y el espíritu de nuestros colegios que lo que
de forma rigurosa e histórica recoge nuestra web, la de los pínfanos –ya que
así nos autodenominamos los huérfanos de militares-, extraída de la magistral
obra historiográfica denominada "Historia de las Instituciones y
Colegios de Huérfanos del Ejército de Tierra", de los autores D.
José Luis Isabel Sánchez y Dña. Amparo Donderis Guastavino, esta última,
además de historiadora e ilustre archivera, pínfana.
"Los Colegios de Carabanchel fueron vivero de ilustres militares cuya trayectoria enalteció el historial del primer centro castrense que, con su impronta forjó su vocación y espíritu militar. Así, en los Colegios de Carabanchel se formaron tres de los grandes héroes de lfni. Los tenientes de Infantería Antonio Ortiz de Zárate, Antonio Polanco Mejorada y Arturo Martín Gamborino, quienes tuvieron que abandonar sus hogares para comenzar sus estudios en el Colegio de Carabanchel Bajo. Después de varios años de permanencia en dicho centro, después de pasar muchas privaciones impuestas por las condiciones de racionamiento y aislamiento de los años de posguerra, aquellos niños se convirtieron en jóvenes que pasaron al Colegio de Carabanchel Alto, para iniciar su ingreso en la Academia General Militar. Era el mejor homenaje que podían rendir a sus antecesores.
La Academia forjó y moldeó el espíritu de estos jóvenes y, el día en que por fin se convirtieron en caballeros cadetes del Ejército, su vida cambió por completo.
Dispuestos a cumplir con su deber de servicio a la Patria, los tres tenientes marcharon a tierras africanas. En lfni había estallado una guerra encubierta que amenazaba las posesiones españolas en África Occidental. Bandas armadas "no controladas" penetraron en el territorio de lfni dejando aislados, incomunicados, los puestos fronterizos. Los tenientes Ortiz de Zárate, Polanco y Martín Gamborino entienden que su puesto está allí. Su secuela de huérfanos de guerra, su alto sentido del honor y del valor, su espíritu de cumplimiento del deber y su valentía les llevaron a la muerte y a repetir de nuevo la tragedia en sus hogares.
En el año
1957, en el Colegio de Huérfanos de Oficiales del Ejército de Carabanchel Bajo
se celebró un emotivo acto con ocasión del descubrimiento de una lápida con los
nombres de los antiguos alumnos, tenientes de Infantería caídos gloriosamente
en lfni al frente de sus tropas. Esta lápida se conserva en el vestíbulo de la
actual Residencia "San Fernando".
No sólo estos tres
tenientes de Infantería fueron la contribución de los Huérfanos de Militares a
la salvaguarda del honor español en aquellas tierras, posteriormente cedidas
sin contraprestación alguna a un Marruecos todavía naciente, sino que, además
de estos compañeros y otros muchos jóvenes, la contribución de otros militares,
oficiales, suboficiales, tropa, y algún que otro civil, entre ellos el que
fuera Medalla Militar Individual de la Guerra de España, Sr. Gastiarena,
cuyo sacrificio rememora, afortunadamente, un monolito inaugurado con motivo de
este aniversario en la Base Militar General Alemán Ramírez (otro laureado) de
Las Palmas de G. Canaria.
Además de alumnos, dieron su vida en IFNI padres de alumnos con quienes más tarde compartí años de colegio. Es para mí otro paradigma de héroe la persona del Capitán de la Legión D. Agustín Jáuregui Abellás, caído también el 13 de Enero de 1958 en Edchera.
Con uno de sus hijos
el Coronel Miguel Ángel Jáuregui compartí pupitre y comparto hoy amistad y
admiración, y así, hasta un sinfín de caídos de todos los empleos y grados. Más
de quinientos, entre fallecidos y heridos, según estimaciones recientes. A
todos ellos nuestro recuerdo más cariñoso y nuestro agradecimiento por habernos
señalado la norma a seguir en el servicio a España, según reza la placa que les
honra en nuestra antigua y siempre nuestra casa de Carabanchel.
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DISCIPLINA
PENDENTE
Non confundirse: É cristiá, e trátase da miña dona.
Mouros e cristiáns, coñecemento e convivencia. Asignatura pendente.
Artigo publicado a dobre páxina no
El Progreso, "Táboa redonda", do día 27 de
marzo de 1991
Bismillah al rahman al rahim. No nome do
Deus que dá misericordia, o misericordioso. Empezarei dicindo, como credencial,
que me doutorei en mourería no propio Magreb; máis concretamente nas nosas
provincias 51 e 52, Ifni e Sáhara. ¡Levoume dez anos a carreira, e iso que a
tomei con vocación activa, participativa, sedento de coñecer pois sen coñecer
mal se pode comprender, e á viceversa! Debo engadir, e conste que estou falando
máis en serio do que poda parecer, que me levou trinta anos ir cocendo o que
alí aprendín, que por iso non rompín antes a escribir estas cousas sobre o
Islam. Teño, iso si, o consolo de non fun mal estudante, en termos relativos,
que ben sabedes que aquí na Península convivimos oito séculos con eses veciños
e parentes, ¡que esa si que é carreira grande, de 781 anos!, e aínda así temos
dos musulmáns a máis supina ignorancia.
Vindo ao presente, coido que serei das poucas persoas que non se escandalizaron de que a embaixadora do Tío Sam, aló en Bagdad, nin se decatase de que o astuto Saddam lle pedía permiso, a últimos de xullo, para abrir o odre de Pandora.
Un árabe e un americano só teñen de común a afección, ou a propiedade, dos cabalos dunha certa raza; no resto son dous polos opostos, antípodas no pensar e no facer; por conseguinte, ¡guerras!, frías ou quentes, pero guerras, pois esta que terminou agora, como ben dixo Saddam, é a nai delas, e xa veredes como niso, ao meu pesar, vou ser profeta. O único que chegou a entende-la arabía a fondo foi aquel sobriño do Tío Sam, Lawrence de Arabia; algo así coma a excepción que confirma unha regra. e para iso non lle fixeron caso, daquela, montando unhas fronteiras tan artificiais e tan supostamente astutas que non rebentaron de milagre, cincuenta veces, nos últimos cincuenta anos.
Para entender a un musulmán, -e nunca digades mouros xa que é unha denominación pexorativa, unha referencia á coloración epidérmica, racista, e todo iso, que lles dá cen patadas no traseiro-, sempre hai que empezar por aprenderse o Corán. E por suposto, ter presente que iso do "Islam" só quere dicir entrega á vontade de Deus. Tampouco está ben chamarlles árabes pois sería como chamarlles galegos a tódolos hispanos de Bos Aires. Cultura árabe, si; ¡a feito, e máis profunda do que cremos, ou do que recoñecemos!
Por aqueles tempos, principios do VII, o gran Muhammad, o meu admirado Mohamed, a quen chamamos familiarmente Mahoma, viunas vir, que niso si que foi profeta. ¡Viunas a través dos tempos futuros, cousa que só saben conxugar os grandes políticos! Dixen "político", e iso sosteño. ¿Que é un político? ¡Sabémolo todos! Un malabarista que trenza actividades e convivencias, case sempre con ideas alleas; un director de orquestra que pon música ás letras populares, ás alleas; así que tales artistas fannos bailar ao son que lles peta. ¡Pois iso foi Mahoma, e só iso! Un gran político que copiou o programa electoral do pobo hebreo, pero a través do Nestorianismo; un político que non se equivocou en nada porque nada escribiu, que ata lle gravaron a súa voz profética nos pergamiños das cabras arábigas; e agora que ninguén diga que se equivocou nunha til, pois os acentos do profeta foron todos, absolutamente todos, orais. Un político que inventou a guerra santa e mailo ceo das hurís para leva-los quintos a esa guerra, sen pagarlles soldada nin darlles cruces. Un astrólogo infalible que colleu media lúa polos cornos e plantouna na terra. Os americanos, en cambio, para vela de cerca tiveron que perfeccionar aqueles foguetes de Von Braun. Como vedes, ou mellor dito, como sabedes, Maquíavolo xunto a Mahoma foi un simple ladrón de bicicletas; mirade se era listo, que ata deu un braguetazo millonario casándose cunha viúva rica, ¡a petición dela!
Neste punto hai que facer unha matización importantísima de algo tan sabido como habitualmente omitido: Dexenerada Roma coas drogas daqueles tempos, que cada época ten a súa drogadicción, -vicios do corpo e do espírito, pero sobre todo pola vagancia na que entran ciclicamente as familias máis prósperas e cultas-, os saberes greco-latinos amontoáronse naquel faiado eurásico que foi o Imperio Romano de Oriente, en definitiva, Bizancio. Así que daquela, no primeiro século da súa imparable expansión, e da súa sedenta osmose, os árabes copiaron deles, todo e de todo, menos iso de coller turcas, e de fabricar camas turcas, pois seguiron coas alfombras persas.
A desgraza dos arábigos para competir no mundo actual son dúas: que son filósofos, e que se ben son capaces de sacar petróleo das areas do deserto, en cuestión de motores non pasaron do desaparafusador; porén, son uns fanáticos do acelerador. Un musulmán, por encima de todo, pensa. Rodin, se os coñecese a fondo, houbese posto un turbante na cabeza do seu pensador. Ninguén lles avantaxa en pensar, en reflexionar; pero, iso si, matinan para dentro, re-flexionan; por tanto, apenas teñen mecánica propia, e vólvense tolos comprando material e pagando mecánicos mercenarios, que en definitiva non lles funcionan con lealdade. O seu é a gumía, o alfanxe; en definitiva, o coitelo curvo. E tamén corre-la pólvora, pero no alto dos cabalos ou dos camelos; ¡nada de mando informático a distancia!
O musulmán está máis cerca de Deus do que esteamos nós; ¡por iso das curvas! Non sei se acaso algo na cristalografía, pero no demais Deus fixo unha natureza curva, de liñas curvas; o que pasa é que a civilización occidental é cousa do diaño en gran parte, e por iso inventamos a recta rilando nos dentes, coma Lucifer. Un musulmán non ten espadas rectas, nin di unha cousa en estilo, en sentido, directo, senón con metáforas, con circunloquios, con perífrases. Moito levo matinado nas estrañas coincidencias que se dan entre galegos e árabes; pero desoriéntame que sexamos máis rubios, aínda que tamén teño visto árabes roibos, pese a que lles chamen mouros a todos, sen excepción. Se cadra por aló, nas chairas de Babel, separáronse dous primos, o pai da Agar e mais o pai dos suevos. Os agarenos mourearon co sol milenario do deserto; e por contra, o suevo volveuse suave coas humidades e cos verdes norteños, por aló, nas ribeiras do Rhin.
Quero volver á biografía de Mahoma, pero antes direivos que nada repugna tanto a un musulmán, ¡pero que nada!, como a soberbia e a fatuidade dos cristiáns. Soberbia, en crernos salvos de antemán, gratuitamente, presupoñendo a condena dos musulmáns como ignorantes do verdadeiro Deus; soberbia, de terratenentes porque nós témo-los prados e mailos fondais, mentres que a eles tocoulles o deserto, o pedregal. Fatuidade, por ignorancia de canto lles debe o mundo occidental, pois sen eles, particularmente España, estaría asubiando aos ventos dos cerros de Úbeda.
Coido que merece un minuto do noso tempo lembrar que, nas mesmas alforxas de Tarik e de Mussa, recibimos, entre outros subministres e/ou participacións:
. A tolerancia, a convivencia relixiosa; aí temos os templos e maila súa pervivencia, os ritos mozárabes.
. A cultura greco-latina, trasladada, resucitada, no Ándalus.
. A filosofía aristotélica.
. Estudos de medicina, que aínda hoxe producen xuros.
. Coñecementos xeográficos, que lles viñeron moi ben aos portugueses, e moi concretamente ao noso Colón.
. Matemáticas, das que tiramos os termos e mailos conceptos da álxebra, algarismos, trigonometría, etcétera.
. Astronomía e alquimia, a cachón.
. En arquitectura toda unha síntese das fermosas concepcións coptas, persas, hindús, bizantinas...; e tamén un etcétera.
. Na literatura, esa gama de exquisitez e de sensibilidade que chegou ata Antonio Gala, por citar, para min, un significativo expoñente da mesma.
. Transmitíronos o coñecemento da pólvora, do papel, do compás, do astrolabio, dos números, dos muíños de vento, dos cultivos hortícolas...; con outro etcétera.
. En canto á agricultura, non esquezamos o seu cultivo do algodón e do arroz; as acequias e demais sistemas de regadío.
En definitiva, que non sei por que os aborrecemos tanto, historicamente; e tamén por que non conseguimos fusionarnos con eles en España, ou, en todo caso, convertelos naqueles oito séculos de fronteiras, ¡pero, para iso, había que darlles bo exemplo, mellorando o presente como se adoita dicir! Nun principio, os godos sureños ben que se lles entregaron, que se mesturaron, pero o Norte sempre se deu de puritano e de racista.
Que despois daquel esplendor inicial, na súa caída ou parálise, en parámetros socio-económicos, dos últimos séculos, comparativamente co despegue da cultura occidental, teñan ou tivesen que aceptar ser a carne de canón dos xenerais europeos, non presupón nin define indignidade racial ou cultural, senón unha simple crise histórica. Precisamente foi Mahoma quen sacou doutra crise, rabiosamente anárquica, ás tribos árabes, daquela, a comezos do VII, segundo queda dito.
Mahoma, que tampouco puido ser profeta na súa Meca, fuxiu cara adiante, logrando vitorias das súas derrotas, triunfando das burlas das súas doutrinas, que así comezou a héxira cara a Yatrib, concretamente á posta do sol do xoves 15 de xullo do ano 622. Hábil político, e non un Saddam calquera, decidiuse a reconquistar os votos pola forza das verbas.
Lembremos que daquela xa levaba once anos de campaña electoral, financiado cos cartos de Jadisha, e non era cousa de recuar por moito que lle ladrasen os cans da súa Meca.
No 611 Mahoma tiña 25 anos; e Jadisha, 40. Con diñeiro e con tempo libre, dedicouse a meditar: Coñecera na súa viaxe a Siria aos monxes do cristián Nestorio, ao parecer moi venerado naquel país; e á parte das naturais inquedanzas relixiosas do ser humano, algo de envexa lle debeu entrar polo status, polo predicamento, daqueles predicadores. Tamén lle resultou admirable a cohesión interna da xente do Libro, e aí si que marrou bastante pois as diverxencias entre os xudeus conservadores e mailos cristiáns, aqueles revolucionarios do Novo Testamento, eran abismais. Un cameleiro non se podía quedar definitivamente en Siria, nin buscar aos opositores de Nestorio para contrastar doutrinas, así que ben aprendeu e mal entendeu para unha soa viaxe.
(Nestorianismo: Consiste
nunha separación total entre a divindade e a humanidade de Cristo. Esa doutrina
foi declarada herética polo Concilio de Éfeso, que depuxo a Nestorio do seu
patriarcado, no ano 431. Morreu nos desertos de
Libia).
Alí na Meca, reflexivo como bo árabe que era, Mahoma pasou once ou doce
anos dixerindo o nestorianismo e mailo xudaísmo. De todo aquilo sacou en claro
que Deus-Deus só había un, ao que chamou Alá; que os ídolos da Meca eran
ridículas concepcións contraditorias; de paso, decatouse de que o Deus
verdadeiro acostumaba falar por boca dos seus profetas.
Nestas andaba cando se lle acendeu un vagalume na curota do seu cranio, e daquela caeu anicado na alfombra. Seguramente se puxo a desenrolar na súa idea coma quen desenrola un turbante; e deu en berros chamando pola súa Jadisha. Mahoma, Mohamed, non dixo "¡Eureka!", non, que iso era pouco para a fantasía árabe. Seguramente exclamou: "¡Jadisha, atopeino, descubrino: Hai un só Deus, e Mahoma é o seu profeta!". Ela, a viúva apaixonada, seguro que pensou mal daquela, ao ver que o seu mozo rascaba a caluga, pero o seu "Profeta" aclarouse de seguida, rotundamente: "¡Non hai máis Deus que Alá, e Mahoma, eu mesmo, son o seu profeta!". Daquela mesmo, naquel intre histórico, empezou o proselitismo, asegurándose de contado catro votos: a propia Jadisha, seu primo e socio Alí, o seu liberto Zeid, e un amigo catacaldos daquela casa rica, que se chamaba Abu-Bakr, que viría a ser o Petrus do islamismo.
Isto non ten nada de broma, que moitos partidos naceron con menos adeptos; e ningún, nin o de don Carlos Marx, chegou a ter tantos crentes, nin tan fanáticos, coma o Islam, que, repito, significa nada máis e nada menos que illamento, entrega absoluta a Deus.
Iniciado en Yatrib o poder político de Mahoma, incluso logrou cambiarlle o nome ao lugar, que pasou a ser Medina, cidade por excelencia. Saíunos tan dialecticamente astuto, que só a el podía ocorrérselle lanzar un puñado de area á cara dos seus inimigos e así afervoou aos tres centos de seguidores que xa tiña daquela, con esta cominación: "Que a cara dos nosos inimigos se cubra de confusión!". O que non din os historiadores de Mahoma, pero cabe supoñelo, é que Mahoma e mailos seus se puxeron de cu para o vento, que é a forma de loitar no deserto. Ao ano seguinte xa contaba con dez mil afiliados, todos militantes activos, así que, con aqueles votos tras de si, xa puido volver á Meca en peregrinación triunfal, unha especie de "marcha verde". Derribou tódolos ídolos que rodeaban a Kaaba, e foi considerado, definitivamente, caudillo relixioso da arabía.
Pícaro e astuto, si, pero honorable tamén. Isto hai que subliñalo porque os cristiáns estamos educados, e tentados sempre, a tomar a Mahoma por un salteador de caravanas, ou por un predicador satánico, que de aí sacou Salman Rushdie o seu merchandising publicitario. Sentíndose nas últimas, en Medina, pediu que o levasen á mesquita, e alí recitou a oración pública, e preguntou aos presentes se había ofendido a alguén, e se debía algo. Unha vella reclamoulle tres dracmas, tres miserables dracmas; entón, Mahoma, todo un señor aínda que naquel transo, mandou que lle desen á vella os tres cobres, e díxolle, todo afectuoso e cordial, que lle agradecía que llo houbese recordado alí mesmo, na terra, e non no Ceo, “onde di moi mal unha calderilleira”.
Morreu en Medina o oito de xuño do noso ano 632; e eu, pola miña parte, conto con preguntarlle nun dos Ceos, aínda que supoño que el estará no sétimo, que é o das hurís, bañándose na mesopotamia celestial, que foi da vella en cuestión, pois supoño que andará de ama de chaves no purgatorio dos xudeus.
Agora permitídeme que lle deamos un repaso ao Corán, ou Al Qurán. ¡É unha marabilla de libro! Na súa complexidade atópase de todo, receitas para todo; incluso aleias que son auténtica poesía; e xa non digamos filosofía, que diso ten un montón. Analistas que o estudaron a fondo marabíllanse principalmente da preocupación de Mahoma, da súa obsesión, polo Xuízo Final. Un home con tales ideas é, polo menos, un afanoso da perfección humana. Tema distinto son as interpretacións erróneas que veñan facendo os seguidores que se aproveitan do seu Corán.
Mahoma recoñece en Cristo o feito dos seus milagres, e recoñece tamén que el niso non lle igualaba. Teño para mi que se Mahoma houbese recibido a súa ilustración relixiosa dun xeito máis ortodoxo, menos mesturado ou revolto, teríamos nel un segundo Saulo de Tarso; pero aínda así, o seu esforzo por achegarse á verdade é encomiable. Alguén pode dicir que foi un mentireiro porque inventou unha revelación transmitida, segundo afirmou, polo Arcanxo Gabriel. En canto a iso, no serei eu quen defenda que o fin xustifique os medios, en pura ortodoxia cristiá, pero no caso de Mahoma, nas súas circunstancias e nas do seu entorno, esa invención foi algo así como unha mentira piadosa, liberadora do caos, dos absurdos, daquela anarquía idolátrica e cavernícola, fetichista e sabeísta, do Oriente Medio.
Censuremos nos musulmáns que se quedasen instalados nun chanzo da escaleira, século tras século; pero exaltemos en Mahoma que os teña subido ata ese estadio, a esa altura, en só dez anos de construción ideolóxica.
¿Por que se estancaron na metade do Libro, quedándose no Antigo Testamento? Levo máis de medio século de Domunds e aínda teño por oír ou por ler que ningún apóstolo noso fixese exame de conciencia do que habería que definir para comprender iso, e despois axudarlles a saír dos seus erros en virtude do noso "Ide predica-lo Evanxeo..." Aquí debo facer unha mención expresa, unha exclusión, da Orde Franciscana, na que tivemos recentemente homes tan brillantes, nas misións do Magreb, como foron o P. Santiago (Uberuaga), ou o P. Pedro (Pais); ao primeiro expulsárano de Sidi Ifni por acatar ao seu bispo, ao de Canarias, Pildain, negándolle a comuñón á cuñada dun capitoste do Réxime franquista; en canto ao segundo, veuse para Lugo esgotado de esforzos e derreado pola súa enfermidade de Parkison. Tamén é digno de mención, na mesma época, monseñor Dorrego Aldegunde, natural do Corgo, que foi arcebispo de Tánxer, ben querido e apreciado dos musulmáns marroquís.
Cos musulmáns só vale o exemplo persoal do misioneiro, a sinxeleza seráfica dun franciscano; pero, lamentablemente, sempre estiveron rodeados e colonizados polos cides, que fomos á terra dos mouros buscando ouros, e portando espadas, copas e bastos. Converteríaos aquel que lograse meterlles na cabeza que Cristo foi “xerado e non creado”.
É certo que levan catorce séculos sentados, sentados que non pousados, nin pausados, nos chanzos da súa escaleira, ¡pero están tan cómodos así! Non esquezamos que o Corán ten unha ética pasota, sensual, machista, feita á medida dos desertos, ou sexa, sesteadora. Teñen no seu Código todo o que lles pide o corpo:
. Inmortalidade da alma, no senso de emigración ou de retorno ao paraíso perdido, que é algo que ilusiona todo ser humano, algo que levamos nos entreforros do corpo e da alma.
. Sentido da xustiza niveladora niso de que o Arcanxo Gabriel pesará as ánimas, o seu ánimus e mailo seu facio.
. Cargos no Ceo para os mellores, esplendidamente retribuídos, pois Mahoma, de parte do Arcanxo, deixou dito que: "Os máis favorecidos de Deus serán aqueles que contemplen a súa cara, a súa presenza, de noite e de día, felicidade meirande que tódolos praceres dos sentidos, como o océano comparado co orballo". ¡Ante isto non me digades que poda haber filosofía máis estimulante, nin máis poética!
En canto a deberes para o crente, para o militante, son máis ben liviáns:
. Xaxún, para uns pobos que ata o de agora pouco tiveron que manxar.
. Rezo cotián, que nas soidades dos seus desertos non só o pide a alma senón tamén o corpo.
. Esmola, que non é ningún sacrificio nunha raza de seu hospitalaria e cabaleiresca.
. Guerra santa, defensiva, que esa é a que realmente predica o Corán, aínda que nos custe recoñecérllelo. Disto, de como hai que entender o seu guerrear, ou non entramos no tema ou habería que escribir un libro pois é unha cuestión complexa xa que habería que expoñer, e estudar, o contexto no que foi regulamentada ou aconsellada por Mahoma.
. Prohibición do jalufo e dos alcohois. Aí tedes que Mahoma, sen microscopio, entreviu a triquinose. Isto é outra evidencia de que foi un tío listo e precavido. O alcohol pouco problema era en Arabia, así que coido que foi porque non lle facía graza no seu gran sentido da dignidade persoal despois de coñecer que os fillos de Noé se riran de seu pai ao velo borracho; ¡simplemente de mosto, pois daquela das fermentacións pouco ou nada se sabería!
. En canto a iso das concubinas, tamén se quedou Mahoma no Antigo Testamento. Aquí habería que ponderar, á parte de costumes arcaicos e doutras circunstancias políticas, machistas, a de que a vella Jadisha non lle deu fillos varóns. Pénsese nos problemas íntimos dun Napoleón, que o temos máis cerca, e por tanto máis comprensible. Hai que poñerse no seu caso para non tomar isto a broma; e por conseguinte, ponderar que naqueles tempos a supervivencia tribal, fronte a hostilidades de todo tipo, só tiña asegurada unha certa fortaleza se non decaía a forza bruta dos seus homes, dos varóns.
En definitiva, o mundo eurásico débelle a primeira constitución, ¡doce séculos antes das famosas e revolucionarias Declaracións dos Dereitos Humanos dos occidentais! Isto, lamentablemente, pásanos bastante desapercibido, ¡e iso que presumimos de civilizados e de cultos!
Despois destas pinceladas históricas coido que podemos entrever certos contraluces do cadro islámico. Por exemplo, a súa resurrección espiritual da segunda metade deste século (XX), e o fervor panislámico, que aspira a unha acción conxunta e poderosa que dea rutas imperiais, novos días de gloria, aos millóns e millóns de crentes musulmáns que poboan a terra, desde o veciño, e non obstante descoñecido, Magreb, ata o distante Paquistán. Isto é unha cousa seria, isto é unha forza potencial inmensa, que segue latente pero que nos produce unha resultante sorprendente, simplemente porque os diversos gobernantes actuais do mundo islámico non queren renunciar ao seu feudalismo, aos seus reinos de taifas, e así cando lles xurde un gran califa con pretensións hexemónicas, aínda que sexa un tolo sanguinario coma o Saddam (que o lector se fixe na data na que escribín isto para o periódico), ben se viu como aglutina as simpatías e mailas vontades populares.
A todo isto, nunha rápida análise do presente, teño que subxectivar aquí algo que considero importante: a miña observación, no propio Marrocos, da convivencia entre árabes e xudeus. Débolle esta iniciación ao P. Gonzalo, franciscano por suposto, natural de Ribadavia, co que falei largo e tendido, polos anos 50, deste tema da contradición de que debéndolles os musulmáns aos xudeus as bases da súa cultura relixiosa se levasen tan mal con eles. En termos actuais definiríamos esta situación, esta constante histórica, como simple incompatibilidade de carácteres.
En Marrocos, e para mostra chega un botón, antes da independencia mandaban os xudeus; mandaban e controlaban en todo tipo de actividades de base financeira. Máis que mandar, mangoneaban; na economía, por suposto, pero tamén nos saberes. Entón os musulmáns aportaban os inmobles, as estruturas e mailas relacións persoais; e os xudeus conseguían as mercadorías no quinto inferno que fose, salvando ou eludindo habilmente as mil e unha trabas que tiña daquela o comercio internacional, a circulación das divisas. Nesta simbiose, os musulmáns xogaban cos franceses a publicanos, e os xudeus a escribas e fariseos.
Coa independencia, poñamos que do 56 ao 60, veu a resaca nacionalista e racista, magrebí, e os xudeus víronse obrigados a utilizar testaferros musulmáns, ou a emigrar coa hucha do Cid ao lombo. Pero esta nova situación durou pouco porque os marroquís deseguida se decataron de que o seu rol era rezar para que chovese paz e dólares, pero o regadío, a actividade, o mazo, era cousa dos xudeus. Se non deixan daquela de axotar nos xudeus, Marrocos baleirábase de industria, de iniciativas de produción, de médicos...; ¡e xa non digamos de comercio!
Desta sucinta análise retrospectiva séguese que é importantísimo, en tódolos sensos, terzar nas regras de convivencia da xente do Libro, ademais de por razóns e obrigas históricas porque, se non, as súas convulsións, os seus preitos, envolverán e learán a media humanidade, particularmente ao mundo cristián. Agora mesmo tivemos un aviso, un aviso que pasou por lobys poderosísimos da USA, e que aínda non se extinguiu pois dese terremoto quedan grandes axustes e desaxustes pendentes, como xa iremos vendo de aquí ao século XXI.
¿Receitas para esta convivencia, apuntes para esta sinatura que temos pendente? A principal delas non somos capaces de cumprila, que sería que os musulmáns visen nos cristiáns unha certa perfección, sequera como a que viu Mahoma nos Nestorianos; pero o noso fariseísmo fainos volver aos seus orixes, ao seu integrismo, en humana revisión e ansias de perfección espiritual, na que os occidentais lamentablemente non brillamos.
Así que só nos queda coñecelos algo mellor para tentar de introducirnos no seu mundo íntimo, na súa mentalidade, nas súas crenzas, para así ir establecendo, pouco a pouco, protocolos adicionais, consecutivos, de convivencia pacífica, de entente cordial; e por suposto, nada de pax romana, pois a pax das lexións estranxeiras é sempre efémera.
Xosé María Gómez Vilabella
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Algúns datos aclaratorios e/ou curiosos
1.- No meu blog
tamén están os meus libros, “Cacería de Ciclóstomos en Ifni”, “Operación:
Cuñada”, “Ifnada”, e mailas “A guerra de
Ifni”, referidos á que foi África Occidental Española.
2.- Refrescando a memoria:
Al-lal el Fassi, exiliado de la Zona
ocupada por los franceses, estableció en Tánger, paradigmáticamente en el Café
de París, su sede central.
"La verité sus
les frontiéres marocaines". R.I.E. Documentos. Carlos Ruiz Miguel
(10-10-2003): "En su estancia en El Cairo (1953-56) Allal El Fassi,
presidente del partido marroquí Istiqlal elaboró sus teorías sobre el
"Gran Marruecos", que sería una reconstrucción sui generis del
territorio del antiguo imperio almorávide, comprendiendo todas las posesiones
españolas del Norte de África (Ifni, la región de Villa Bens, todo el Sáhara
español, Ceuta, Melilla y los islotes), toda Mauritania y buena parte de Argelia
y de Malí, llegando hasta el río Senegal. Estas teorías nacionalistas, de
endeble base histórica (como puso de manifiesto el dictamen del TIJ de 1975,
sin embargo encontrarían cada vez un mayor eco político en Marruecos. La
primera ocasión en que Marruecos va a adoptar oficialmente esta ideología será,
como ha dicho Villar, el 14 de octubre de 1957, en los debates de la IV
Comisión (Descolonización) de la Asamblea General de la ONU. Muy poco después,
el 10 de noviembre de este año, se creará en el Ministerio de Interior de
Marruecos una "Dirección General de asuntos saharianos y
fronterizos", al frente de la que estará Fassi. Tras la muerte del rey
Mohamed V, el nuevo rey Hassan II asumió la ideología del "Gran
Marruecos" en un discurso del 20 de agosto de 1961, para poco después, el
12 de octubre (Día de la Hispanidad) del mismo año, formular reservas sobre los
territorios españoles en el Magreb".
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Cuando las razzias de Al Mansur, éste puso
cerco a las murallas de Lugo, donde, obviamente, les cerraron las puertas.
Después de varios días de asedio, el Señor de Castroverde se asomó al adarve y
lanzó a los atacantes unos bollos (bolos) y un cordero (año), para que
celebrasen su Pascua, la Grande, la Kevira. No se sabe si por agradecimiento o
por convencimiento de que el asedio iba para largo, la misma leyenda dice que
Al Mansur levantó el cerco y lo trasladó a Compostela, donde Santiago, que no
debe ser tan "matamoros" como le pintan, si les dejó entrar. De esta
gesta se dice que deriva el apellido
lucense de los "Bolaño", pero no es cierto ya que “bolaños” son las
alturas, los montes, en forma de bollo, de bolo, tal y como es la geografía de
esta parroquia, que fue el Castro Verde antiguo.
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Franco, ¿el Africanista? Lo de menos fue protegerse con su Guardia Mora; el colmo de sus paradojas
estuvo en designar a Mizzian Capitán General de la VIII Región Militar, a la
que incumbía la guarda y custodia del sepulcro de nuestro Santiago Matamoros.
Xosé María Gómez Vilabella
-o0o-
ADDENDA
FOTOGRÁFICA DE IFNI
Cos franciscanos.
(Expulsounos o Goberno
por negarlle a comuñón a
unha escotada,
cumprindo ordes pastorais do
Bispo Pildaín;
ela era cuñada do entón
Secretario General)
Sidi
Ifni. Praia desembarcadoiro. As sete olas.
Parecen
mouros, pero..., ¡son/somos españois!
Os
restos, algún, ¿reposan?, no cemiterio das Palmas de Gran canaria.
O
SÁHARA ESPAÑOL
O noso fillo,
Pedro Paulo, no ano 1962,
subido a un camelo,
diante da casa na que vivimos
en Aaiún.
subido a un camelo,
diante da casa na que vivimos
en Aaiún.
-.-
Igrexa
do Aaiún
Ouro
negro no Sáhara = Marcha verde
DEDICATORIA
O mellor trofeo que
trouxemos de África
-.-
Xosé María Gómez
Vilabella
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